El video que ví, decía: “No quiero pareja. No te ofendas pero siempre me gusta esta parte. En la que conoces a alguien, compartes la chispa, te preguntas si tienes oportunidades pero este “día 1” es un espejismo. Cuando llega el día 10, estamos en la cama y deseo que fueras otra persona. Día 11: Finjo escucharte mientras a tus espaldas le echo el vistazo a otra. No voy a hacer nada, solo necesito saber que si quisiera, podría. Día 20: enviar mensajes mientras duermes a mi lado. Día 30: fotos en bolas. Día 40: besar a alguien en el baño de la discoteca mientras pides una copa. Día 50: sexo con alguien al azar. Día 60, 61, 62… tu lo descubres: lloras, te dices algo como: “ha sido una excepción” o “lo merezco”. Día 70, es la última parte cuando conozco a alguien nuevo y tengo un “día 1” igual que contigo: me hace sentir como tu ahora y no puedes competir. Seas como seas, tenga el aspecto que tengas. Tenemos algo, tienes razón: la magia del día 1.
Este video me ha hecho replantearme muchas cosas, estamos obsesionados en el marketing de adquisición de nuevos clientes, ¡cada día más! y en el amor, nuevos pretendientes. Porque no vemos lo que tenemos delante y pensamos que algo mejor vendrá siempre. No vemos a ese cliente que lleva con nosotros desde que creamos el negocio y le tenemos abandonado. A ese cliente que lleva pagando por su línea telefónica 90€/mes desde hace 6 años y al cliente nuevo la misma línea 30€/mes. No vemos que estamos preocupándonos de tener un día 1 todos los días cuando es tan bonito tener 365 días en el que recuerdas el día 1, el día 90 y el 110 y te ríes. Quizá ese día 365 tiene 5 hojas de reclamaciones de un cliente algo pesado o un viaje que no salió como estaba planeado, pero es especial.
Pero prefiero la complicidad de un cliente que sabe que estaré aquí pase lo que pase o de un ex rollo que me hace reír a carcajadas. Que a este otro potencial que parece perfecto y lo único que conozco de él es su voz telefónica. Pero es que estamos en el día 1 y todo puede ser maravilloso de pensar que esta magia existirá para siempre, que nada fallará, cuando en realidad el día 1 tiene algo horroroso: el paso del tiempo.
Igual ese paso del tiempo dejará de ser horroroso cuando dejemos de comparar a cada cliente nuevo con los viejos y le demos a los viejos el sitio que se han ganado, a los nuevos la desconfianza que se merecen y a ambos la oportunidad de descubrir que el día 365 puede ser maravilloso si entiendes que el día 1 nunca podrás repetirlo con ninguno de ellos. Dejarás de buscar lo imposible para empezar a “conformarte” con lo posible. No te pido que te conformes con lo primero que llegue a tu vida, no te pido que te conformes con el cliente exigente que lleva 3 semanas mareándote con presupuestos. Pero si, que le des la misma oportunidad al primero que al último porque sino, te pasarás la vida de cita en cita o reunión en reunión, exigiendo una magia inexistente y fugaz que nadie es capaz de aguantar eternamente. Algo que solo existe el día 1: la magia del primer día.