No hay día que no me meta en Instagram y tenga 2 o 3 menciones de amigos y familiares para que me toque algo en algún sorteo, que casualidad que la persona que menciona también entra en el sorteo :).
Bromas aparte, es algo que cada vez se convierte en más habitual y aunque hasta ahora no me ha tocado nada, si he visto que se está haciendo muy común especialmente en hostelería cuando un local está abriendo.
En ese sector existen una gran cantidad de competencia y en muchos casos es la bebida por la que realmente se saca beneficio, por lo que un sorteo en el que invitas a una cena (que solo incluye la comida), es un sorteo que tendrá una alta visibilidad porque el público por algo gratis se vuelve loco y además al incluir en las condiciones del sorteo que la bebida no está incluida, te aseguras go de rentabilidad.
Hace unas semanas a mi hermana le tocó en un sorteo de Instagram una cena para 2 en un mexicano nuevo que acaba de abrir y ocurrieron 2 cosas:
- Se lo dijo a todo el mundo porque al fin le había tocado algo por una vez
- Volvió hablando maravillas del sitio, aunque la comida no era nada del otro mundo, llegar a un local y decir que has ganado un sorteo te hace sentir tremendamente especial y esto sí que no es cuantificable.
Por lo que, aunque al pensar en hacer un sorteo entre tus clientes actuales y potenciales es importante pensar en una posible rentabilidad económica directa, debemos valorar ser algo más ambiciosos porque producirá una mayor interacción en el anuncio y conseguiremos algo muy importante que no es cuantificable: que hablen bien de ti.
Si tu negocio no es un restaurante y piensas que eso de los sorteos no va contigo... te equivocas. Me he encontrado sorteos de lo más dispares y diferentes y te aseguro que son los que más visibilidad tienen, sin ir más lejos hace unas semanas un chico sorteaba su servicio de diseño web y vi que una amiga que se va a casar la citaban para que le tocara y le hicieran una web gratis para su boda.
Me fijé en este caso porque siempre que pensamos en sorteos nos viene a la cabeza un masaje, una cena, una noche en un hotel... pero en este caso ¿quién no necesita que le hagan una web? Pues ahora mismo seguro que conocemos a alguien. Además, que el chico la verdad que se lo montaba bien porque una vez salió el premiado, le escribía a los no premiados pidiéndole disculpas por no ser el afortunado pero que contara con él para el diseño web que le haría un precio muy especial como recompensa. Eso sí que es marketing y no el 2x1 en el menú noche.